sábado, 21 de marzo de 2015

Another green world


"Not so long ago I used to want desire many a-different things. Things I regarded as important, vital even. Almost all of them required me to undergo complex and often  hurtful situations and emotions.

All I want now is plants and huge windows where the sun can come in."


And drawing, I look forward to be home drawing.

miércoles, 11 de marzo de 2015

Tres tipos de Dios: El bueno (Brian Wilson), el malo (Scott Walker) y el feo (David Lynch)


Esta canción no es sólo un misterio en sí misma, es toda una puerta hacia otros misterios... una constelación llena de ellos, llena de estrellitas que hacen formas y que se desforman ante nuestra mirada- ante nuestros oídos perplejos.

La canción que casi ni fue. Que tal vez no debió ser y que, por esa misma razón, terminó siendo la cosa magnánima que es. 

Aunque no soy un hombre religioso, siempre me he rendido ante la obra hecha bajo el influjo de ella.... ¿Hay acaso un influjo más fuerte que ese de añorar el amor, la aceptación del creador? ¿De no ser enviado al infierno? Especialmente en la música, esto tiene resultados fuera de orden.

Mi canción favorita en el mundo es God only knows de The beach boys, en la que se agradece simultaneamente a Dios y a la mujer amada- dos veces a Dios.

The electrician de Scott Walker es mi segunda canción favorita en el mundo. De alguna manera rara las he asociado intimamente. Pero allá donde The beach boys son la luz, aquí Scott Walker es la oscuridad. Allá donde un simple hombre le dice a su simple amor que no se sabría en el mundo terrenal sin ella, aquí -según mi interpretación- el Dios Todopoderoso le susurra a algún mortal  -el cual, de todos modos, ni lo va escuchar allá abajo- que con mover una palanca lo podría matar en sus sueños... pero y que con el mismo movimiento lo podría poner a hacer malabares para su thrill personal...Un Dios cruel, indeed.

Esta imagen me trae a la mente aún otra obra, y la menciono a riesgo de divagar: Eraserhead. Desde la primera vez que escuché The electrician me vino la escena inicial a la mente. Hace un tiempo leí Atrapa el pez dorado, horrendo libro casi de auto-ayuda escrito por David Lynch, el director de esa asombrosa película.  Y un inciso dedicado a la mencionada Eraserhead terminó de configurar mi idea, de alentar mi presentimiento. Lo copio verbatim:

"Eraserhead es mi película más espiritual. Nadie me entiende cuando lo digo, pero así es.
Eraserhead iba desarrollándose por un camino, y yo no sabía lo que significaba. Buscaba una clave que desentrañara el significado de las secuencias. Por supuesto, la entendía en parte, pero no comprendía lo que le daba coherencia. Me estaba costando mucho. De modo que saqué la Biblia y me puse a leer. Y un día leí una frase. Y cerré la Biblia, porque ya estaba; ya estaba. Y entonces la vi como un todo. Y plasmó la visión que yo tenía, cien por cien.
Creo que nunca diré qué frase fue."

Puedes guardarte el secreto, hijo de puta. Yo sé que hablás de Dios, pero de manera distinta a la de Brian Wilson, que nos habla de un Dios bueno, el clásico; distinta a la de Scott Walker, que nos habla de uno malo, oscuro, terriblemente aburrido de su obra; tú, maldito hippie yogui new wave, nos hablás de un Dios trabajador, de un Dios obrero, de un Dios -y que Dios me perdone-, de un Dios bien humano: el Dios industrial.

¡Pesadilla diabólica!